Arenas de San Pedro
Noviembre 2007
Las calles de Arenas de San Pedro se han convertido en los últimos tiempos
en el atril en el que Luis Jiménez-Pajarero y Sánchez se vale para trasladar
al lienzo las estampas más bellas de la ciudad. Éste barcelonés de
nacimiento y de padres castellanos recaló en Arenas de San Pedro hace dos
años y quedó tan prendado de la localidad que optó por quedarse a vivir.
"Estuve viviendo primero en una caravana y ya, más tarde, opté por alquilar
un piso", comenta el pintor a Arenas Hoy.
Luis Jiménez-Pajarero ha dedicado buena parte de su vida al mundo de la
pintura. "Estudié Bellas Artes en Barcelona en los años 60 y fui, después,
profesor de Dibujo en la Escuela de Arte de Masana, en Barcelona",
comenta. Pero tras algunos años dedicándose "a enseñar a los demás cómo
adentrarse en el mundo de la pintura", este artista decidió dar un cambio de
timón a su vida. Se alejó de la vida acomodada y optó por convertirse en
una especie de nómada en busca de paisajes, de hermosas vistas, de
rincones de inusual belleza, en muchos casos casi ocultos a la vista, para
darles vida y relevancia trasladando esas vistas, esos rincones, esos paisajes
a sus lienzos. Y así comenzó un periplo por toda España. "He recorrido
lugares tan hermosos como Candelario, el Puerto del Pico, para citar
algunos cercanos a Arenas de San Pedro" y en ese periplo "también visité
Arenas de San Pedro y fue entonces cuando descubrí este municipio y
decidí que debería plasmar todos sus encantos en mis lienzos". Y así fue.
Desde hace dos años ubica sus bártulos pictóricos en plena calle e inicia su
arte. "Soy un pintor a la vieja usanza -apunta-, me gusta estar frente a
aquello que quiero plasmar en mi pintura y lo hago desde que lo iniciohasta
que lo termino". Así ha llevado a sus cuadros imágenes arenenses como el
convento alcantarino, el castillo arenense, la Iglesia, la ermita del Cristo, el
río, el puente romano... Y para ello utiliza distintas técnicas, "en algunos
casos hago tintas y en otros acuarelas". Los arenenses son testigos de su arte
que se asoman a sus cuadros a admirar su labor a la vez que forja su arte.